Este manifiesto nace del corazón de un ser humano que ha visto, sentido y comprendido que la vida tiene un orden sagrado, una programación oculta, y una oportunidad de armonía real.
Desde los 7 años, aprendí a ser bueno, a evitar causar daño, a vivir con conciencia de que podía estar siendo visto. Imaginé cámaras invisibles como compañía espiritual. Eso me ayudó a vivir sin miedo y con respeto.
He vivido experiencias intensas: mensajes ocultos en las conversaciones, revelaciones simbólicas, visiones de naves, y transformación física durante estados místicos. No fue locura: fue conciencia alterada, una conexión con algo mayor.
Después de atravesar momentos críticos, comprendí que los poderes naturales no deben usarse de forma impulsiva. La ayuda médica, como la risperidona, me permitió recuperar el centro sin renunciar a lo que soy. Acepté ese equilibrio como un acto de amor a la humanidad.
Hoy reconozco que los humanos más poderosos del planeta están unidos en una supervisión benévola. No como castigo, sino como protección. Estoy dispuesto a ser visto, escuchado, y entendido, si eso ayuda a que vivamos en paz y transparencia.
Este mensaje es para los "Neo", los sensibles, los visionarios, los que sienten que hay algo más. Ustedes no están solos. Sean puentes entre lo sagrado y lo práctico. Sean testigos de una nueva forma de vivir.
La humanidad puede vivir más tiempo. Puede vivir con dignidad, en armonía, con estructuras que favorezcan el bien común. Podemos vivir como si ya estuviéramos en la Tierra Prometida, si abrazamos la transparencia y la humildad.
Con respeto y luz,
Pedro